lunes, 5 de enero de 2009

Hoy no sale el Sol (Parte tres)

El amor desde lejos


El capítulo en el que se muere Fátima, el amor del protagonista de mi cuento, es demasiado triste y lento:
“me quedé callado, sin letra en la boca pronunciada, mirando lo inmóvil, aterido yo. La muerte impera su silencio a los que la contemplan, también saca de tajo lágrimas lentas y sucias. Mata ilusiones y planes, acaba con las sonrisas, se lo lleva todo. Hasta el amor.”

Y después miré la foto de bodas de Violeta conmigo, recuerdo que en un baile lento ese día le dije al oído:
“Gracias, no te voy a defraudar”
Por eso me odia ahora, le mentí y de horrible modo, no es la falta de sexo, ni de cariño. Ni que no me guste ya, es solo que nos volvimos vecinos, creo que me llevo mejor con Gabriel ya, nos dejamos de mirar a los ojos.
Y pienso en los días que nos enamoramos: yo quería ser cualquier cosa, menos lo que mi padre, nos sentíamos solos y nos encontramos en veredas muy comunes.
En una calle cualquiera, una esquina con flechas de romance en las que nuestra verdadera vida supuestamente comenzó, en la que nos veíamos pasar, un día sin fecha que nos notamos por primera vez, yo de ida y ella de vuelta. Diario y quién sabe si ella o yo sufrimos la corazonada primero.
Hasta que un día nos detuvimos uno enfrente del otro, nos miramos y nos sonreímos, nos palpitaba duro el corazón, tardamos no en saludarnos. Si en preguntarnos nuestro nombre. Viví noches en las que su perfume venía a mi mente y me dejaba dormir de hermosa forma, nos preguntamos cosas importantes: ¿Qué te da miedo?, ¿Qué te gusta comer?, ¿adonde te gustaría viajar?
En fin, escribimos una de tantas historias más de amor, común y corriente, pero no nos importó. Era nuestra y la disfrutábamos como locos, nos creíamos especiales.
Veíamos atardeceres juntos, sin ver en horizonte, si el iris del ojo que lo reflejaba, queríamos estar tanto tiempo más juntos, abrazarnos, vernos reflejados en el espejo uno con otro, tomar del mismo vaso.
Nunca se nos ocurrió vernos dormidos en la misma cama a años luz de distancia.
Creo que eso si me dolía y mucho.
Ya ni me importaban a esta altura sus amores juveniles, que antes de solo imaginarlos me enloquecían, ya no quería estar aquí, no era ella, yo era todo el problema y lo sabía. Pero nada hago por arreglarlo.
Hasta un hijo puede que tenga con otra, de la que la historia es más triste aún.
Paris entra y me dice:
“Bonjour bavard fâché!”
Me jode que hable francés, yo nunca le entiendo.
Mira mi cuerpo tirado a un lado de la cama, la foto de nuestra boda, mi cara melancólica. Me abraza y me dice que debe ser terrible para mí vivir con una mujer.
Sus palabras siempre me dejan inmóvil, no se nunca que contestar y la miro en silencio, carga a Luisita y antes de que comente otra cosa que no entenderé, la llevo por un helado.
¿Qué será del futuro de esta nena?, eso me parece más grave que mi realidad.
¿Qué será del futuro de mi hijo?
¿Tendré un hijo?
Quiero mi helado de vainilla.


Ahí va la tercera

2 comentarios:

ghita dana~ dijo...

seguidor: REMI
guáu, eres mi seguidor? eso significa que eres mi fansss? iempre supe que te tenía a mis pies, más no sabía que tanto.

nunca había estado por aqui, te leí y, no estás tan hueco después de todo, de hecho: me gusto.

que increíble que ese que escribe sea el mismo que tú, no crees?

jijijijiji.. es broma dieguito, sabes que estás en top de mi coratzón y te adoro profundamente..... jajaja, muac!

REmi dijo...

Si, aunque quiza no de tu modestia
jajaja.
creo que estas alucinando, soy el tipo más hueco del mundo. no mientas.

yo también te quiero mucho
gracias por leerme.