jueves, 4 de febrero de 2010

De la diaria poética...

Ayer mi día fue de locos.
Cuando desperté estaba lloviendo terriblemente; eso es normal, no en estas épocas pero si en estos días, por lo que importándome poco comencé mi rutina diaria y enseguida me di cuenta que mi día no sería completamente común.
Cuando escuchaba un noticiero vagamente en la mañana -esperando la nota del tráfico antes de salir- escuché la historia de un tipo:
Resulta que era doctor, de dinero, seguramente de esos hombres raros que te dan miedo por todo, con alguna perversión sexual o desvío no aceptado. El caso es que a sus 43 años vivía solo y había sido reportado por sus vecinos varias veces, tenía cinco perros, de esos malos y grandes, seguramente su casa apestaba. El caso es que los vecinos decian que tenía muchos perros y eso era inseguro para los niños de la colonia, pero el hombre se las arregló para demostrar que sus animales no tenían nada de malo, que al contrario era unos panes de Dios. El fin del asunto es que este hombre fue encontrado muerto desangrado en su casa ayer en la mañana y los peritos determinaron que murió a causa de un ataque de sus animales por lo que estos fueron sacrificados. Yo siempre lo he dicho, esos perros no son de fiar.
Después salí de casa, a la nota le habían dado demasiada importacia, no había alcanzado a escuchar el reporte de tráfico y me encontré con la pésima noticia de que la ciudad era un caos.
Las personas a veces parecemos ratas cuando vemos la lluvia, no sabemos qué hacer.
Para llegar a la oficina recorrí media ciudad buscando "atajos".
Ya después en la oficina mientras hacía que según trabajaba, -pero no-comencé a charlar por el "chat" con la Guarjola que me decía que fueramos a beber una cerveza y a comer unos tacos, le pregunté-porque eso sabía- que si ya comía carne de nuevo(según era vegetariana) y me dijo que con el reiki pudo hacerlo pues limpia las angustias del animal mientras era matado. Jamás escuché un pretexto tan pendejo y le dije que si cuando pedía tacos les quitaba las malas vibras y me dijo que si.
Entonces gracias al anonimato del internet comencé a reír como loco pues me la imaginé haciendo una de esas hippierias con sus tacos al pastor y por lo demás me hice tonto para no quedar en una fecha. Ella me cae bien pero por internet, en persona suele desesperarme. Además es de esas personas busca pies, una vez la vi con el que ahora es su exnovio; me la encontré en la calle y la saludé, no fue una plática de más de cinco minutos pero según ella eso le bastó a su ex novio para afirmar que yo era un tipo insoportable. Cada que puede me dice:"si, por ejemplo, a Horacio le caíste mal ese día que..."
Mientras hablaba con ella revisaba mis correos y todas esas cosas electrónicas de la internet, entonces encontré varios mensajes anónimos que invocaban a mi mamonería, ego, a que soy un mal escritor y que las mil patrañas. Todos anónimos y espero fueran de la misma persona, si no es así entonces estoy cultivándome de retractores a mi obra. También recibí mensajes a mi móvil de un número desconocido que decía que quería verme que tenía mucho que no y cuando pregunté quién era me dijo que era un engredído, mencionó mi nombre(Diego) y no me dijo nada más.
La cosa es que comencé a ponerme paranoico, se lo comenté a Guarjola que me dijo que lo ignorara. Eso me sirvió para invocar mi apatía al parecer y sirvió de maravilla puesto que me dio gusto después que gustándole o no, me lea tan a menudo como para detestarme tanto como para buscarme tanto la cara.
Diana, una compañera de COnfeTi, me dijo que seguro era mi archi enemigo Ricardo Ramírez, pero vamos: siendo sinceros el no es un niño como para hacer esas cosas, quizá ni sabe prender un computador y además me hace ilusión pensar que a mis letras las odian más de una persona.
Diana me comentó también que había leído el instructivo para sonreír que publiqué en mi otro blog de textos y que le dio gran chiste puesto que a un amigo suyo le entró como mandado a hacer. Yo le dije que si, debía publicar cosas de más calidad puesto que en estos blogs muchas veces mareo a la gente, pero después pensé que si vivo de ello, no tengo porqué gastar mi trabajo serio. Mejor que me lo paguen.
Después me leí un correo de la esposa de mi hermano Marcel que me decía que quería saber lo que sucedía con un proyecto de periódico, tele y radio que mi ex jefe Mario Campa estaba comenzando y que me invitó y por ende a ella también. (ella hace locución). Recordé a Marcel que cuando yo era más joven, de hecho un niño mocoso, muchas veces que salí con él decía a todos que yo era su hijo. Eso me molestaba, no nos parecemos y además esa imagen paterna en mi hermano me incomodaba de sobre manera ya me bastaba con un par de padres para tener más.
De niño fui poco simpático, en verdad que no sé cómo podía existir un niño más insípido que yo, recuerdo que mi abuela algún día me dijo "adorable" y eso se me quedó como el halago más bonito de toda mi infancia.
A Elizabeth, la esposa de mi hermano, le dije que no sabía, meterme en eso del periodismo me lo pienso más de tres veces ya, puesto que mi vida se acomodó muy agradable y al menos por un tiempo no quiero mover mucho el asunto.
El caso es que después tuve que ir por tacubaya a reclamar un teléfono que no servía, el lugar era feo, me recordaba a la frontera del país, fea y con un aroma a que algo terrible ocurrirá en cualquier momento. Buscaba en la avenida Jalisco el número 180 piso dos y fue un lío, en primera porque estaba lloviendo y en segunda porque los edificios son raros por ahí, te encuentras el seis, el nueve y después el 250 y resulta que te pasaste por mucho, llegas al 102 y como en cinco cuadras nada tiene número, es un lío.
Cuando encontré el edificio pensé que estaba abandonado, era feo con ese tipo de cristal reflejante y la puerta -según de seguridad-, estaba entreabierta. Cuando entré sentí escalofríos. Acabando un corredor amarillento un policia, jamás supe si hombre o mujer, ni con su voz, que me preguntó mi destino.
Cuando subí por el elevador y llegué al piso vi la oficina de un psicólogo; en su puerta, la palabra "psicólogo" estaba escrita con plumón de aceite negro y abajo su nombre en una tabla de formáica imitación de madera con depresiones de esas que usaban mucho en los cincuentas. Pensé que si alguien fuera a ese psicólogo se deprimiría con tan solo ver ese letrero y seguí con mi camino.
Cuando llegué a las oficinas de la corporación vi cuán fea era, tenía alfombra gris, un montón de lámparas baratas en la entrada y una secretaria que se había quedado atrapada en los noventas con un teléfono enorme rojo.
Atrás de ella estaba un tipo con el cabello a mucho gel, corto y camisa azul turquesa. Usaba corbata anaranjada, pantalón gris y zapatos montaña cafés, por lo que por un momento sentí pánico de haber entrado en la dimensión desconocida y volví al pasado por algún motivo absurdo que seguro gracias a mi feo caracter jamás descubriría.
El taller de revisiones era un módulo con dos tipos mal encarados que mascaban chicle y olían a azúcar, me senté a esperar su revisión y de pronto llegó el hombre de gel en la cresta caminando como todo un marisquete, con las manos dobladas y fingiendo su voz ronca a clara, les juro que me dio mucho miedo por estar en ese lugar tan olvidado de Dios. Les reclamó terriblemente que no trabajaban y yo bajé la vista, sabía que si me preguntaba algo no tendría más que contestarle de mal modo puesto que pocas veces son las que tengo paciencia de ser amable con la gente. Sentí mucho miedo pues.
Al cabo de un rato terminaron la revisión y me dieron un equipo nuevo, salí de ahí hecho una flecha, la zona es fea y además había quedado en ir al cine con un amigo.
Antes de entrar a la estación me llamó para cancelarme y entonces decidí ir a casa directamente. Cuando llegué estaba empapado y de mal humor, no había comida y con esa lluvia no volvería a salir para comprar algo por lo que me hice cualquier cochinada.
Paola esperaba a Ana, la ex novia de un amigo mío y me enteré que andan en un asunto de evitar que maten a los toros, en una campaña de esas de globalifóbicos. No es que piense que está mal preocuparse por el mundo, pero les aseguro que si conocieran estas ideas se sentirían culpables hasta por cepillarse los dientes; son un lío, casi parecen católicas.
La cosa es que el motivo de la separación de ellos dos es un misterio, pero Richie es el tío más carnívoro que conozco y pensé que si se dejaron por eso entonces es el motivo más estúpido que jamás escuché para terminar una relación.
Quizá Ana salga desnuda a reclamar la matanza de toros y pensé que aunque suene antiguo, retrograda y machista eso resultaría terrible si Richie se llegara a enterar. (no lee jamás mis textos, así que no crean).
Después Ana se fue de mi casa y me conecté para revisar mis correos, en ese tiempo hablé con Susana Hernandez, hace poco más de un año se hizo una persona muy constante en mi vida y me contó que está próxima a cumplir años, hace mucho que no sabía de ella y me dio gusto saludarla.
Al final vi que mi amiga Norma Flores Mayer me mandó un correo para preguntarme si asistiré a su cumpleaños, pensé que le había contestado ya- pero comunmente olvido las cosas básicas como la educación.
El caso es que terminé viendo "planeta Terror" del director Rodriguez, que me pareció divertida, pero no volvería a ver esa película, tiene - a propósito, lo sé- de todas esas muletillas de cine malas pero es tan boba que aunque las notes te da risa.

Hoy hace un día terrible, pero tengo muchas ideas para escribir y no quería comenzar sin antes contarles mis miedos de ayer.

ikedelaspalabras.blogspot.com