martes, 13 de julio de 2010

Cuando las vacaciones no alegran del todo.

Querido lector:
Este día desperté de nueva cuenta con las ganas de tener una buena plática, de esas que acostumbro compartir con sus ratos de ocio, inscritas en un pasado que usted vuelve presente cuando las comenta en su presente que yo ignoro hasta que con gusto inmenso, me deleito enterándome vía correo electrónico, red social o inclusive aquí mismo (que si usted gusta también puede escribirme dando click en el comentario del blog) alguna opinión sobre mi querida labor evocada a las letras.
La plática vía texto nace como un monólogo hasta que usted lee y deja algún imaginario por más vago que sea en su pensamiento, mejor aún, este monólogo se rompe y crece cuando sé de algún modo que usted ha llegado a leerme, lo que me llena de júbilo y me alimenta en demasía a seguir escribiendo.
Hoy estaba leyendo mis nuevos textos, en forma tengo dos nuevas historias que van avanzadas y una más que retomé por la temática pesada con la que la hice por naturaleza.
Los textos no me son malos, sin embargo desde ayer en la noche que comencé a leer un nuevo libro (que no le diré cuál es hasta que lo termine para darle mi completa opinión)me di cuenta que apriori de mi trabajo rutinario y diario, debo darme unas vacaciones de las letras. -Aclaro: no de todas las letras, dejaré de escribir pero jamás de leer-
La razón de estas vacaciones que me llevarán a desertar de mi pasión por un mes o dos es que no tengo más ideas de momento. Quizá me sentí demasiado cuadrado y espero que la angustia de no escribir me influya a tener ideas divertidas con las cuales llenar los espacios en blanco que las hojas de papel y electrónicas me regalan a placer.
No creo que en esta ocasión mi lío sea de naturaleza de bloqueo literario; pueden creerme que no es que no pueda escribir más. De hecho mis manos y mi cabeza me lo piden, pero por respeto a usted que tan amablemente gusta de compartir cualquier cosa que surge de mi cabeza leyéndome -Y como dije, algunas veces escribiéndome en respuesta-
decidí buscar por las calles que todos recorremos nuevas cosas que contarle, nuevos episodios y viandas que compartirle en forma de letras. Sucesos que la vida me influya para relatarle después y así asegurar su atenta lectura, para que usted jamás se sienta agredido por leer cosas que al final le falten al respeto por la falta de calidad.
De momento me despido no sin antes pedirle que no olvide mi blog, que se lo pase a revisar de vez en cuando hasta que un día, pueda volver a disfrutar de estos diálogos que le comento, cuando me sienta contento y satisfecho con cualquier cosa que sepa deba relatarle, lo haga cada vez con más calidad.
Un abrazo y hasta pronto.

Diego-REmi

icaro-triste@hotmail.com