jueves, 30 de abril de 2009

Olvidos.

Estos días vivimos en pánico, no me quiero morir y de algún modo tengo la certeza de que no me voy a morir -puede que suene estúpido- pero siempre he creìdo que el dìa que me muera lo sabrè de inmediato. Tengo la idea de que desde que me despierte lo sabrè; como Borges -a sus medidas proporciones, para nada creo ser ni la punta del pie del maestro- que en su entrevista con Serrano dice casi al final:
"esta mañana sñe que me morìa".
Quizà yo no lo sueñe,quizà ni tenga pizca de idea un dìa o esa misma noche, pero cuando me llegue el momento lo sabrè (quizà porque para ese entonces llevarè mucho tiempo enfermo).
He recibido muchìsimos correos sobre lo que pasa con la influenza, sobre la cuestiòn del diputado del PAN y el cambio de la UNAM a escuela privada, de los intentos del gobierno para que UNAM e IPN pierdan capacidad, hasta he recibido correos que culpan a Obama de algùn modo del estado de emergencia en que vivimos. La verdad es que todas estas cosas me parecen aberraciones de activistas que debieran emplear su tiempo en -si es que en realidad desean cambiar el mundo- actuar y no intentar crear conciencia por medios que no hacen màs que lo que ellos dicen criticar del gobierno. Crear angustia y pànico masivo.
Yo suelo temer por cosas, suelo quedarme atònito con otras tantas, como por observar partìculas de polvo o decadentes rayos de Sol que se pierden a la orilla del horizonte, quiza el miedo y la admiraciòn no son muy diferentes pues ambas deja en nuestra mente el recuerdo.
Recuerdo que de chico solìa temer por la muerte de mis padres, (supongo a todos les pasa de vez en cuando y no solo de niños)los veìa y sabìa de algùn modo que cuando se murieran me iba a doler de sobre manera. Recordar las cosas que son intangibles o irreversibles ya, me remite inevitablemente a la escena en la que un perdido camina en el desierto moribundo pensando en un vaso de agua.
La diferencia es que acà no morimos, acà nos toca sobrevivir ante estocadas que no parecen tan dañinas y que solamente nos vuelven màs frios, quzà apàticos o en el caso de no ser frios ni apàticos terminamos siendo presas que sentimientos atormentadores y miedosos al futuro.
Tambièn pensè en mi futuro con esta contingencia, siempre hablo de mi pequeño restaurante y pensè que hubiera sido una tragedia que una contingencia asì me hubiese tirado a la basura mi sueño si es que yo depenciera en algùn momento de este.
Ahora sè que lo quiero pero que el mundo no es asì de fàcil-que-yo soy muy complicado tambièn pues debido a mi educaciòn no me gusta vivir apretado y ni con incomodidades.
No sè hoy si agradecer a mis padres o no por ello, actualmente trabajo màs de lo que creì soportar (y vaya que me quejo constantemente de que cada vez trabajo màs) solo que ahora no estoy cansado, ahora creo que todo està teniendo una razòn que quiero (en cada caso) ver materializada pronto.
Tambièn les cuento que reencontrè mi libro de "Pensativa" de Ibarguengoitia y cuando lo estuve hojeando recordè ese verano lluvioso en que mi hermano Marcel me lo dio. Cuando comencè a leerlo no pude màs que sonreir pues habìa definitivamente encontrado una joya invaluable. Tambièn tuve mi primer gran romance platònico con Pensativa: aquella mujer de rasgos y mirada frìa, con aroma nostàlgico y sentimientos melancòlicos hacia temas desconocidos.
Tambièn esto me trajo el recuerdo de Rosa Marìa, un romance de muy jovencito que tuve yo (quizà el màs largo de mi vida) que se parecìa justamente a Pensativa, imagen que me costò mucho trabajo eliminar de mi lista de incondicionales cuando se trataba de gustar de mujeres.
De Rosa puedo decir que fue la tìpica relaciòn adolescente en la que uno vive ideales y tonteras de juventud, es una chica amable -aùn, al menos eso supongo- de buenos sentimientos que se topò con el chico màs irresponsable y grosero que jamàs se pudo imaginar. Una relaciòn fuerte en la que la juventud fue el gran obstàculo.
Desenpolvando mis cosas en busca de librarme de enfermedades respiratorias tambièn encontrè mis primeros poemas. De los cuales, como regla del jamàs:
"jamàs se los enseñarè a nadie" y, como regla de los "a veces" supongo algùn dìa romperè la misma y puede que sea demasiado poco personal por lo que cederè a mostrar alguno en este blog a todos ustedes algún día.
De los recuerdos me vinieron otros entre tantos, que, aunque unos menos agradables que otros repito la frase que cada vez que me encuentro bien cito:
"jamàs vivirìa en el pasado, pues agradezco todo lo que se me da y se me quita, pero también quiero saber lo que me sigue en esta vida".

Les cuento de la misma forma que comí chocolate (muchos sabràn que es alimento prohibido para mì) y que no me dio migraña, pero me arrepiento muchìsimo de haberlo hecho puesto que desde hace tres dìas vivo con un miedo infernal a que en cualquier momento me de. Eso seguramente me provocarà migraña, màs aùn que el mismo chocolate.
Mis miedos me hacen aburrido, me lo dijo justamente hoy Camila en la mañana, tambièn Elsy me dijo que soy un aburrido ante mi falta de concentración para pláticas amenas de esas que tenemos muy seguido.
También unas horas antes Mafer me había llamado cara de libro por una plática que tuvo conmigo mientras yo leía un libro de cálculo integral.
Supongo entonces que soy un aburrido, pero adorable, un poco divino también.
Y no, no me importa lo que digan, soy egolatra y de vez en cuando reparto cortesia.
A lo que voy es que, este texto sin sentido al final les provocará antipatía conmigo y dirán:
Este bobo me ha hecho leer algo solamente para llamarse divino, pero también se que lo olvidarán algún día, como casi todos en la ciudad han olvidado esta triste e insípida época de miedo...
Iack

lunes, 20 de abril de 2009

Sobre mi yo escritor

Los que me han leìdo recurrentemente sabràn que cuando escribo gusto mucho de describir detalles que al mayor del mundo le parecerìan idiotas y sin sentido, aquellas cosas que nadie recordarìa de una escena pero estàn presentes; lo que decìa la taza del cafè en la marca, el nùmero de popotes de un popotero, la orilla de la crepa quemada de los comensales de junto, las manchas negras de una naranja, etc.
Tambièn las llamadas "onomatopeyas" refiriendome a que todo se puede escribir, (aunque pienso que esa es una palabra fea)y entonces les platicarè un poco de mi dìa actual y lo que escribo en estas èpocas.
Hoy recibì algunas malas noticias, ha sido por lo tanto un dìa de malas noticias, por ejemplo:

Plagio de mis obras
Que IPCSA desde hoy està peor que nunca
Que Camila no me quiere ver "tanto" (dicho literalmente)
Que este Lunes sè ya casi todos los compromisos que tengo esta semana y son demasiados.

Sin embargo algo me preocupa màs que nada y es que, en la novela que escribo actualmente "Primer" (lo sè, otro pèsimo tìtulo) que se desarrolla en la India y trata de u amor a primera vista en medio de la nada y una bùsqueda incanzable por reencontrarlo no logra concretar su primer capìtulo debido a que, todas las imàgenes que me he pintado de la situaciòn, de la trama y del ambiente de esta no me dejan satisfecho; a ser franco lo que no me convence es la decoraciòn de la cabina en la que viajan, por lo que me gustarìa que alguien me diera una idea de còmo imaginan esa cabina de tren.
Muchas gracias


Diego

REmi

Manden si pueden su ayuda a margot-remi@hotmail.com

domingo, 12 de abril de 2009

Pasado y subterráneos entre los que somos superficiales.

A M E N O

Muchas palabras suean bien, son de bien o tienen algún significado que lo lleva a uno de la mano a remitirse a momentos innegables, a veces el pasado se ve demasiado lejos, a veces, es ese pasado lo que quisieramos volver a vivir y otras tantas se ve tan lejano, que no queremos que vuelva jamás.
Muchas veces me quejo con entusiasmo, pues esto definitivamente se me da; generalmente lo que yo doy son quejas, por eso escribir a modo de diario me permite justamente remitirme a estos momentos en los que pleno me siento para divagar sobre la existencia de lo que fue y lo que es. También sobre lo que será si es que acaso se puede hacer una estadística del sentir de todos los que decimos saber medir.
Recuerdo también, que lo primero que escribí fue una obra de teatro que por accidente el destino me hizo comenzar cuando a los ocho años mi madre en su entusiasmo de tener un "niño talento", me metió a clases de mil cosas como piano o teatro; fue en esta última en la que todo comenzó.
Algún día de fecha que no recuerdo, el maestro de teatro nos dejó hacer un montaje corto con todos los elementos teatrales, cualquier tema pero bien justificado, es entonces cuando el acaparador de mi se decide a comenzar un textito con lineamientos teatrales llamado "el terror".
Esa que comenzó según yo, siendo un fragmento pequeño de una obra que jamás existiría completamente, terminó siendo una obra completa con tonos socialistas sobre el régimen nazi y la opresión científica judía. (Cabe mencionar, que en ese entonces leía mucha historia y pensaba que me dedicaría a la física cuántica)
Me gustaba la Europa nostálgica, la herida, la de tiempos después de guerra pues según yo, esa fue la época en la que el pueblo europeo se quitó su máscara de frivolidad y mostró al mundo su fragilidad, le demostró a todos que también requiere ayuda alguna vez.
Ese mes fue mi primer encuentro con la máquina y el alejamiento social, me encerré y disfruté por primera vez jugar a ser Dios; crear y ser dueño del destino de todos se me hizo el juego más divertido del mundo.
Después de eso, comencé dos novelas jamás terminadas en las que noté la falta que tenía yo, para en es entonces ligar una historia sin las reglas de los lineamientos teatrales y me referí entonces a la poesía, según yo, a modo de entrenamiento, pues desde siempre, me gustó más escribir historias que sentimientos extendidos como pergaminos examinados.
Poemas con temáticas triste y naturales, en aquel entonces mi hermano Marcel me llamó "panteísta" y "nihilista", y es que, fue justamente mi hermano, quien me metió una idea en la cabeza:
"El amor no es único tema sobre el que se puede escribir".
Entonces lo hacía mucho sobre los árboles y el viento, quienes siempre me hicieron disfrutar mi forma de vida que pareció desde siempre lenta y tranquila.
Nunca fui muy popular, de hecho muchas veces, aún hoy, suelo caer mal aún antes de que las personas tengan un primer contacto conmigo, a lo lejos muchas veces resulto pesado al resto de los todos, para mí no está mal, ni bien, solo "es".
Y fue justamente este rechazo social el que me primer pasó me ayudó a seguir escribiendo, a falta de más compañeros de juego que los que tenía, podía hacerme de otros sin ningún problema, esos que soportaran mi lentitud y complicaciones en los temas de juego que a otros niñitos desagradaban.
Tomarme a las letras de modo serio no me costó trabajo a mí, pero si a mis padres que vieron que "un geniesito en potencia" se convertiría en un poeta más de esos baratos que van a cafes a tomar bebidas afrancesadas y escuchar a cantantes de trova, que jamás iría al espacio ni haría descubrimientos grandes para la humanidad. Dejé de leer tanta física y me metí en mis primeros libros como el inolvidable "Pensativa" de Ibargüengoitia que me hizo pasar un bellísimo Verano ante un tórrido romance de un chico idiota como yo con una mujer alicaída y perdida en pensamientos desconocidos.
El caso es que mi más grande milagro fue la más grande desgracia, la primer gran decepción de mis padres que veían irse becas por el caracter de un niño terco e irrespetuoso que comenzó a filosofar sobre temas muy pendejos.
La cocina siempre fue de la mano conmigo, la belleza es la base de todo lo que disfruto y el miedo a lo "feo" es lo que justamente me ha hecho como soy, crecí con miedos que jamás negaré y que me remiten a momentos nada amenos.
Entonces, la cocina es, al igual que la literatura un caso y acción de alquimistas; todo lleva un paso y un orden, todo requiere inspiración y un humor específico:
"¿Hiciste la salsa enojada comadre?"
Al igual que en la cocina la preparación de cada cosa requiere un cuidado religioso, la literatura pide respeto y una línea, la literatura exige respeto y que cada cosa, cada elemento que la conforma sea llevada de la mano con muchísimo cuidado, re quiere una explicación de "los dóndes", "cuáles", "cuándos","porqués" y los "cómos".
Por lo tanto el cocinar y el escribir van de la mano aunque no necesariamente lo hagan las mismas personas.
Como por ejemplo

"Receta de Fondue Suizo"

Ingredientes:

1 Diente de Ajo cortado en mitades
1 Taza de Vino Blanco Seco
1 Cucharadita de jugo de limón
250gr de Queso gruyere cortado en cubitos
250gr de Queso Enmenthal Cortado en cubitos
2 cucharaditas de Fécula de maíz
1/4 Cucharadita de pimienta negra
1/4 de cucharadita de pimentón de ayena
2 Cucharaditas de kirsch

(ojo los ingredientes que no reconozcan los pueden comprar en el mercado Que se encuentra en la calle de Pugibet, ubicada cerca de la ciudadela de la Ciudad de México)

Preparación:

Frotar el interior de una cacerola mediana
con los dientes de ajo y descartarlos. Verter el vino y el jugo de
limón dentro de la cacerola y llevarla a fuego mínimo. Cuando el
líquido esté caliente, incorporar los cubos de queso y revolver
continuamente hasta que se fundan y la preparación esté bien unida.
Agregar la fécula disuelta, la pimienta, el pimentón y cocinar durante
2 minutos o hasta que la preparación se espese, revolviendo
continuamente. La mezcla no debe alcanzar el hervor. Incorporar el
Kirsch y batir un minuto, luego verter la preparación en la coquelón,
encender el calentador y ubicar el recipiente sobre el fuego. Servir.


O

(El inicio de mi novela "Lisa la imposible")

"Lisa la imposible"

................

Baile de noche de
estrellas....


................

Las trompetas y el piano armonizaban el baile de 20 de
septiembre de 1954, lo recuerdo con claridad, pues ahí vi por primera vez a
Lisa, una joven hasta ese momento desconocida pues nunca la había visto, el miedo
de guerra estaba latente aún, pero nadie lo mencionaba; mis padres me habían
obligado a ir a los catorce años de mi prima Maria; ella había sido mi mejor
amiga de la niñez, pero la pubertad la convirtió en una chica fatal y
antipática.

Lisa era como un ángel, ella era el ser más perfecto que
había visto en mi corta vida, su cabello era tan claro como la miel, y sus ojos
al parecer eran pedazos del cielo, sus facciones eran tan delicadas como la
seda y su sonrisa tan expresiva como la suave música de ese baile. Era la mejor
amiga de Maria, me repudié toda la noche por haber roto contacto tanto tiempo
con mi prima, no tenía modo de hablar con ella ¿qué le diría?, tal vez mi
juventud me impidió desarrollar un plan, mi única oportunidad era volverle a
hablar a María como antes, así me la presentaría.

Toda la fiesta le estuve buscando la cara a mi prima, pero
esta me ignoraba cruelmente, así que me senté y ya derrotado intenté olvidarme
de ella.

En ese momento comencé a beber ponche con ginebra, pues mi
hermano Carlos, de dieciocho años, había conseguido esta y para divertirse
había vertido licor en la bebida. Obviamente nadie se había dado cuenta, pues a
nuestra moza edad no teníamos idea de lo que era el alcohol, esa época era muy
distinta, la formalidad era lo primordial y hasta el fumar un cigarrillo era
visto como una forma de rebeldía. Ya algo tomado, comencé a quedarme dormido, y
por esto fui al baño a lavarme la cara; ya en este, me di cuenta de algo; había
entrado en un baño, en el que Lisa estaba vomitando por ingerir tanta ginebra;
puede que no fuera su mejor momento, pero lo vi como una oportunidad para
comenzar a hablarle; ¿estas bien?, ella me miró por unos segundos y siguió
vomitando, me sentí incomodo y decidí esperarla afuera del baño...


Del recordar pasados tengo cosas que me quedan que ya no me gustan, o que, si no me gustaban resisto menos aún como son:


La cajeta

A Martinez Serrano

La trova

Los cereales

El hígado encebollado

El reggae

El cognac

El ceseo

La música cúmbia

Coyoacán

El color Azul cielo

El pistache

Los domingos

Los espejos

La película "Chucky"

Las manos deformes

Los roedores

El sabor del rábano

El propóleo

Los finales


Y otras tantas que amo muchísimo


Las peras en almíbar

Las mariposas

La vainilla

La salsa de cacahuate

A Borges

El poulisse

El jarabe de mango y de frambuesa

Los waffles

Los chutney

El té

El cafe

Las letras

Comprar libros con mi padre

Los desayunos en el Trevi tempranísimos

El cocktel de frutas con salsa de oporto en la casa de los azulejos

La meditación en días de mucho cansancio

Las Tecates

Las pastas

El centro Histórico de la ciudad de México

El tango

El danzón

El funk


Entre mil más que no diré para no marear.


Por lo tanto debo aceptarlo, es patético, si, pero no creo que alguien me pueda negar que todos nos remitimos al pasado con cosas por más absurdas que sean.

Pero yo no, prefiero recordar a volver a vivir, si quiero saber lo que me sigue.

jueves, 2 de abril de 2009

Sentimientos pècoros (de las idas, Santos, milagros y risas sin sentido)

Yo no soy un santo.


A la par del tiempo corren todos, corremos todo e indiscutiblemente llegamos a sitios para despuès irnos de nueva cuenta como huyendo eternamente de lo que es.
¿Quièn es REmi-ike-matalobos?
En el momento que escribo esto, queridos lectores, me siento completamente asustado por el paso del tiempo, me siento vìctima de la circunstancias y uso este medio para contàrselos de forma definitiva, de buena vez, completamente sincero y con dolor en el labio por una herida que estùpidamente me hice hoy en la mañana mientras me comìa mi ensalada diaria.
Ayer Alina me dijo que es muy triste desayunar ensalada, que por eso, siempre traigo la misma cara y luzco infeliz, a lo mejor, si soy un infeliz, pero en otro contexto (como-sustantivo-no-adjetivo).
El lìo es que soy demasiado joven, que envejezco muy ràpido para mi edad y por lo tanto soy un joven con achaques ancianos. Y no, no es pose ni nada asì, de verdad me siento viejo, sin energìas ni ànimo; de pronto, el verme sin màs casi con la idea de que: "mi vida podrìa estar resuelta", de que, "estoy haciendo bases de un gran futuro", o que "soy un chico talento", me jode el pensamiento constantemente.
Soy un tipo al que:
le gusta "escribir"
le gusta cocinar
le gusta cantar (aunque muy mal)
le gusta perder el tiempo
le gusta mirar el cielo hasta quedarse dormido de pereza
le gusta soñar
le gusta ser mamòn
le gusta ver gente y ponerles plàticas en la boca como:

¡Dios, mira! se me transparenta la tanga con mi pantalòn blanco-
Si, de verdad luces como una puta-
o
¡mamà!, ¡ya no quiero biberooòn!, ¡dame un bistec!, ¿tan pobres somos?--
ya a a a a a a- le dice la madre llena de carnes escurridas por toda la cintura.
o
¿Me amas Erika?-
¡bobito, no me llamo Erika!, si, te amo-
muack muack

Sin embargo,lo que màs amo de todo es "escribir".
Hoy no les hablarè de lo que no me gusta, que los que conviven conmigo a menudo sabràn que es el tema que por naturaleza, educaciòn y costumbre retomo con màs frecuencia.
Hoy, no me siento rebelde ni de buen humor, de hecho tengo incertidumbres y malos deseos con "alguna" persona en especìfico.
El escribir me ha dado muchas cosas odiosas para los demàs que amo en mi mismo (y no, los malos deseos no son conmigo mismo, no soy narcisista)como el hecho de ver cada escena romàntica como una situaciòn telenovelesca -no molesta- pero si un tanto risible.
"las miradas que duran mucho, ¿què sucede?"
Y dice èl: "Aquì es a donde tu dices algo" -en voz baja.
o
Quiero decirte que te deseo, te quiero llevar a la cama-jaja vale ¿de donde sacaste ese textito tù?-
Lo pondrìa en una comedia romàntica o algo asì de un tipo militar macho que se enamora de su compañero de cuadrilla.
o
Es raro que me des un abrazo despuès de lo que me dijiste de tu familia y los abrazos-
Bueno, pero no eres mi media hermana, si no, no te estarìa besuqueando-
No debiste mencionar a tu media hermana-
Lo sè, disculpa, vamos a besuquearnos mejor.

Y es que, todos deseamos algo, a alguien o algo de ese alguien siempre; aùn en las vistas furtivas de la calle de romanceamientos y coqueteos con personas que van con sus parejas y lo miran a uno cuando estas mismas se besuquean con sus respectivas. El mundo està lleno de erotismo y eso es maravilloso.
Aunque no, no solo el deseo que me da mucha felicidad que exista es el erotismo, lo es tambièn el deseo de trascender, como yo lo quiero, quiero ser bueno-pues- sentirme agusto con lo que hago y còmo lo hago.
Muchos jamàs lo logran y creo que aùn no, no es tiempo de temer que jamàs lo logre.
Quiero una pequeña cocina en medio de un pueblito en la que la comida italiana la haga yo mismo y vea a los comensales disfrutarla tras yo haberla hecho con cariño y gusto.
Una màquina de escribir (que de hecho ya la tengo) en la cocina para mis ratos libres en la que vuelva al bàsico y escriba poemas para jovencitas bellas que asistan a mi cocina, poemas que jamàs enseñarè.
Cosas tales como:

El mundo es de los dos, con dos podrìa existir un mundo,con uno no.
¿quièn sabe que existo?
¿es el anònimato una muerte de la vida?
¿o serìa yo mismo un sueño del mìo eterno descanso que se detendrà cuando vuelva o quizà jamàs?
¿Adonde van las letras que nadie lee?
Al mismo sitio en que las sombras lloran sus pecados sin ser escuchadas.
A los gritos de la calle hùmeda en la noche.
Y a esas Lunas que nos miran cariñosas que olvidamos ver.
De ahì somos todos.
De mundos de dos de tres o de cuatro.
de uno jamàs.

O sea pues, textitos vanos que muchos bobos creen que los hacen escritores.
Hasta que un dìa por convicciòn y valor me dedicara a hacer mi novela, la novela de mi vida-no se tratarìa de mì, me refiero a calidad- y entonces retomarìa el ùnico buen tìtulo que inventè hasta hoy: - segùn yo- "El otoño de las rosas" y dejarìa de ser un cuento para convertirse en pàginas y pàginas de lo que siempre he querido contar, pero aùn no sè còmo.
Empezarìa quizà màs o menos asì:

Era el fin del verano, el cielo mostraba el ùltimo ocaso rojizo de la estaciòn y ahì estaba yo miràndo como la vida se despedìa, el viento comenzaba a soplar con una magnìfica presiciòn y ahì iba el primer pètalo de mis rosas volando por los cielos como una mariposa.
Jamàs me atreverìa...

o quizà

Estaba sumido en un sueño impasible, en una calma profunda y hermosa...

o

El viento olìa a tierra hùmeda, los àrboles gritaban furiosos, sentìan la muerte llegar...

o

Perdido del tiempo lloraba mirando por el balcòn, las gotitas salinas caìan en la maceta y recorrìan lentas y densas a travès del tallo espinoso de las rosas...

o puede que solo

Erase una vez...

o un

Recuerdo que cuando...

Solo espero que no sea ninguno de estos inicios, que sea algo realmente bueno y no cursilerias francas como las que acaban de leer.

Por eso dedico este textito y este deseo

A los que me leen
A los que quieren que piense que estàn ahì
A las mariposas de todo el mundo
A Margot
Al viento que me encanta mucho
A los chabacanos
A las imàgenes religiosas que me asustaban cuando niño
A Sòcrates
A los ojos, la vista
A la voz
A las pelìculas de comedia
A mi futura cocinita
Al otoño de la rosas
Y a las risas que sin sentido aparecen cuando uno comienza a crearse en la mente con deseos su futuro màs feliz.
Nadie es Santo, pero estaba re bueno que vinieran los reyes magos.
Gracias lectores y cuando salga mi primer libro, despuès, cuando el segundo, y despuès cuando comience a escribir el otoño de las rosas (la novela), les informarè y espero sea con una gran sonrisa en la cara.
Solo se trata de fe.

Y por último le dejo dos frasesitas muy simpáticas de Woody Allen:

"El sexo es lo más divertido que puedes hacer sin reirte"

"El futuro me importa mucho pues ahí pasaré el resto de mi vida"

:)

diegrocker@att.net.mx