jueves, 18 de noviembre de 2010

LLegadas.

Llegando a mi destino y exhausto bajo la sombra de lámparas ténues y el vaho de un café humeante, me encuentro pensativo en solitario dedicando en este servidor desconocido un texto para mis queridos lectores.
Este es un texto de amargado, debo aceptar que estar aquí es más un desacato que un deseo por lo que el texto podría no estar claro como me gusta brindarselos comunmente.
Pero antes de que se decida a dejar mi texto para hacer algo mejor le invito a inmiscuirse conmigo y a opinar lo que estoy a punto de comentarle-que es el fin de este texto.
Pongo mi música y con ello todas las voces, risas, automóviles y pláticas que me desinteresan se van lejos; quedo rodeado de mimos y de luces de ambulancia como si yo estuviese en el fin del mundo.
Disculpe si le parezco trágico, pero me sucede una época trágica y no me queda más que existir a la deriva de ella. Hoy estaré cursi y le diré que no sé a qué se refieren la literatura ni la vida en torno al amor, quizá soy disfuncional en él. Algunasveces le había dicho ya que esa palabra no era lo único en mi vida y que por eso prefería escribir de otras cosas, después usted me leyó contradecirme.
Después de relaciones tormentosas le dije que lo que deseaba encontrarme en el amor era paz y a una persona sana que no me viera como redentor a sus heridas. Hoy le digo que fracasé en mi búsqueda, que encontré otra manzana mordida que busca robarme un trozo para estar completa.
Aún estoy confuso, pero a la larga me parece (disculpen mis muy estimadas lectoras por la burrada que diré a continuación) que las mujeres que encuentro en mi vida más entienden la idea de amor sobre todas las cosas como un amor a pesar de todas las cosas.
Puede que culturalmente los mexicanos entendemos al amor como doloroso, por ejemplo: en la mesa adjunta a la mía una persona que me pidió la mesa cuando llegó-pues yo estaba en ella hace una hora- y se la di con el paso del tiempo ha perdido ese brillo en los ojos y ahora reposa con sus codos un rostro devastado que me indica que a diferencia mía esperaba a alguien que al parecer no llegó.
A mí no me gusta sufrir, y muchos sufren en solitario, en cambio la soledad me seduce y me trae paz que tan necesaria me parece debido a que soy sumamente aburrido.
Todos tenemos dolores, ¿pero debemos esperar a que otros los curen por nosotros?
Yo no estoy dispuesto a sentarme a esperar a que me curen mis heridas, pero en fin; no soy claro hoy, solo divago, me despido pues.

DPMCH

2 comentarios:

Unknown dijo...

.cuando.menos.lo.esperas.llega.
alguien.y.es extraño.porq.no.sabes.como.actuar.
ni.q.decir.porq.tu.estas.esperando..otros.ojos.otros.labios.y.solo.
haces.d.eso.una.ilusión.
llega.esa.sensación .y.nose.cual.
sera.la.solución.a.esto.
en.fin.en.fin..el.amor..aveces.no.
es.lo.q.esperas...
saludos..diego..y.un.gran.abrazo..

jesy :D

REmi dijo...

Saludos atenta Jessica.
Es extraña la sociedad del internet que uno se acostumbra de desconocidos y los hace suyos aunque no tengan no rostro ni aroma y quizá ni un nombre real. Lo que si es que usted sabe mi nombre y me basta para sentirme complacido con su lectura.
Lo más cierto de lo que me dice es que el amor no es lo que uno espera, aunque también es cierto que en esta sociedad ya nadie sabe que esperar.
Algunas veces también (por cierto) ese amor llega sin que uno busque ningunos ojos, ahí es cuando el asunto parece un misil dirigido a una isla llena de fanáticos religiosos a uno mismo. Otro abrazo hasta donde usted este, quien quiera que sea con quien quiera que este.
Hasta siempre