martes, 23 de noviembre de 2010

De lo inexistente y lo circunstancial de ello.

Esta misma mañana caminaba errático y furioso, salvaje como nunca rumbo a mi vida normal, sobre esa calle que uso cuando voy solo en la que un grupo de vagabundos se reunen para beber en honor al mundo. Entonces me encontré frente a una iglesia gris, sobria pero bonita y en ella habían escrito algunos rufianes ociosos "Dios no existe". De verdad no sé si existe, pero de vez en cuando me da señales cuando se las pido, aunque creo que jamás he logrado descifrar ni un carajo de lo que ha querido decirme. Inclusive quizá esa es la respuesta a todas las señales que según yo me envía: "Él no existe".
Me di cuenta que algunas cosas que no existen están ahí porque creemos en ellas, pero no porque sientas algo quiere decir que está ahí.
Muchos creen que Dios sigue ahí, en algún lado porque lo sienten, porque le tienen fe, yo tengo la esperanza de que en realidad exista y que mi existencia como la de todos tenga un significado y no solo estemos aquí sujetos a un ciclo que como humanos buscamos desdeñar.
Al igual está el amor, ese al que todos quieren llegar, algunos inclusive aseguran que el amor es el fin de la vida; es ese algo que muchos buscan sin éxito y otros se lo compran con parches y lo arreglan con tal cuidado que cuando lo terminan acaba como nuevo.
Lo cierto es que el amor es como Dios, es tan grande y magnífico que no existe, pero existe al mismo tiempo: Romeo y Julieta, Edipo, Eléctra, Narciso, son algunos ejemplos de amor real que nos enseñan que el amor no necesariamente es el mismo para todos, pero no deja de ser amor. Al amor igual que a Dios le damos el significado que queramos, no está bien definido y como es indefinible si se nos ocurre que un perro, un helado, una persona o una película es amor para nosotros entonces lo será necesariamente al igual que para Narciso amarse a sí mismo fue amor real como para Romeo y Julieta su novela trágica sin un felices para siempre. El amor es como un huracán, sabes que viene en el camino y piensas que puedes ser duro, pero al final no es así.
El miedo es otro "algo" que no existe, el hecho de que le demos tanta importancia lo hace crecer al igual que las sombras; no sé si algún científico algún día se ha puesto a pensar que las sombras podrían existir más allá de que sean resultado de la ausencia de luz, pero el miedo es idéntico a las sombras, se expande hasta que en algún momento puede ser diez, veinte veces más grande que nosotros mismos que somos su origen.
Ahora, la existencia de los sueños me hace dudar de si estos existen o solamente tenemos fe en que ellos están en nuestro pensamiento, si es así quizá el universo en realidad nos está soñando a todos, me gustaría una existencia así, que nuestra vida fuera un sueño del que saliéramos ilesos al final.

DPMCH

2 comentarios:

Hugo A. Z. dijo...

me acordaste de algo que dijo un alguien algún día... era algo así como que dios es un sueño que sueña.
Salud!

REmi dijo...

Puede que sea cierto estimado HAZ.
Tengo fé en que la certeza de que todo es un sueño haga que todo vaya bien.
Al fin soy solo un sueño.