martes, 22 de septiembre de 2009

"Estefan King"

-La cultura se vende más cara en el metro-
"Uno por tres, dos por siete"
Dice una vieja que vende chicles en el metro, -específicamente en la línea cinco- sin darse cuenta de su feo error, por lo que he visto desde hace ya varios meses que la he visto.
Quizá se moleste si alguien le haga ver su error, o puede que nadie jamás se ha tomado la molestia de decirle o que-incluso que ella- lo haga a propósito, también es posible.
El metro de la ciudad de México es-definitivamente- un sitio en el cual se comprenden muchas razones y cuestiones del mexicano como tal. Muestra los bajos grados de educación que el grueso de la población tiene, explica con un simple paseo de cualquier día entre semana- a eso de las siete de la noche- del porqué el mexicano no lee ni consume cultura, -al contrario- sobrevive gracias a ella.
Trabajadores dormitando de pie en vagones-sardina, damas maquillándose y desayunando al mismo tiempo; cantantes ciegos frustrados y vendedores de todo tipo de accesorios se mezclan en la red de la ciudad, en esta telaraña en la que se está convirtiendo el metro ya que, ¿quién?, dígame usted si alguien podría pensar que esta ciudad crecería tanto algún día l grado de que las adaptaciones al servicio de transporte público parecen más responder desesperadamente al crecimiento que razonablemente a lo que puede pasar en el futuro en cuanto a límites territoriales capitalinos se refiere.
Si uno ve el mapa del metro de la ciudad de méxico se da cuenta que carece de orden, al igual que la ciudad de México, también que obedece a erratas y parches en carencias de transporte por todos lados y que tristemente, a pesar de su extensión y crecimiento constante, aún muchas partes de la ciudad están desconectadas del resto de la capital.
Ante esto han surgido nuevos transportes revolucionarios como el Suburbano , el RTP y el metrobus. ¿Pero qué sería del metro sin sus vendedores ambulantes?
Dueños de parajes propios a todos, los vendedores ambulantes han demostrado que no paran en recursos e imaginativa para satisfacer los caprichos de propios y extraños con productos diversos y en algunas ocasiones impresionantes debido a que -dudo mucho- que las tendencias sociales se marquen tanto en otros sitios como se logra apreciar en el gran gusano anaranjado come hombres de la ciudad de México.
El precio base para los artículos pende de los diez pesos, de ahí se existe una gama de productos diversos: discos de muchos géneros; instrumental de ayer y hoy, éxitos de Michael Jackson, éxitos de los noventas, baladas de ayer y hoy, los mejores corridos norteños, Inolvidables de la salsa de los 70´s a los "2miles", clásicas del rock alternativo, lo mejor del rock urbano..., páquete de plumas, marca textos con marca discos, kit de cortauñas, porta credenciales, mapa de la ciudad de México, entre otros.
Algunos alcanzan precios inferiores como los son los dulces que oscilan entre el peso hasta los cinco pesos, las "perlitas de hidrogel" que se hacen tan populares sin yo poder explicarme el porqué y otras tantas chucherías.
Hace poco vi algo que me desconcertó completamente:
"Biblioteca con clásicos de ayer y hoy, más de doscientos clásicos de la literatura; entre los que podemos encontrar a Maquiavelo, García Marquez, Estefan King, J.J. Benitez, entre otros a tan solo 20 pesos...
Y entonces me quedé completamente aturdido.
Este producto, ofrecido para los "conocedores y estudiantes" rebasaba no por poco; duplicaba el precio base del resto de los productos ofrecidos comunmente en el metro de la ciudad de México, alcanzando otros de distinta naturaleza como lo son lámparas o un "revolucionario instrumento, cinco herramientas en una".
Peor aún: Esto es entendible.
Un simple viaje en Metro, -como había dicho antes- explica muchas realidades de la ciudad.
En primer término pensemos: con jornadas de trabajo exigentes y pesadas para el obrero en general, salarios reducidos y las crisis constantes que nos hacen ver las mediocres "estabilidades" económicas como momentos de alivio para el bolsillo, ¿quién quiere llegar a casa a leer?
Con una industria literia adolecida por el incremento de impuestos, resulta imposible la reducción de costos, de los libros, no solo eso, en muchos casos también hace que el tener una editorial, más que un negocio sea un sacrificio para los que emprenden esa labor social.
Con medios de comunicación tan desvirtuados, con un gobierno que da el ejemplo base al desaparecer parte de la historia mexicana de tajo sin remordimiento alguno de los libros de texto y sobre todo, con una gama de productos tan sostenibles comercialmente en el metro ¿Cuando cree usted que la biblioteca virtual tendría el mismo precio que el resto de los productos ofrecidos -Según- ilícitamente en el Metro?
Esto me explica muchas cosas querido lector:
Este producto es más caro porque se vende menos y va -según esto- drigido a compradores en potencia, con un distinto nivel social.
El mexicano promedio no consume cultura, la vende para llevar el alimento a la boca.
Diego Christian Pérez Morales.

2 comentarios:

s. s. dijo...

mmmm.... el comercio se trata de eso no? de vender lo que sea para llevar el alimento a la boca... eso es lo que sé.
Yo no sé si los libros virtuales sean cultura, eso no lo sé. Según yo, la cultura es otra cosa y no se vende ni se compra. Sólo según yo. Pero... quién soy yo para saber cosas? sólo una metiche opininoa...

a mí no me gustan los vendedores ambulantes, tal vez algún vendedor de pañuelos desechables me haya salvado de moquear mi manga, pero siempre he opinado que los ciegos del metro quieren dejarnos sordos... no sé para qué, tal vez para poner la balanza a su favor...

pero de nuevo... yo qué sé

saludos.

REmi dijo...

¿entonces la cultura no son las letras?
no creo que sea el libro como objeto.
saliendo de romanticismos
ahí está el precio de la cultura en el metro 20 pesos
jajajaja
gracias por la lectura.