domingo, 1 de mayo de 2011

Mis muchos yo

Anoche soñé con mi amigo Javier, él es quizá la persona que más conoce mis sueños y las cosas incontables que hice y algunas veces no quiero recordar. Javier y yo crecimos juntos, desde niños tuvimos sueños que se encontraron y caminaron a la par. Queríamos ser famosos, nos creíamos talentosos y pensábamos que nuestra amistad sería tan fuerte que nos apoyaríamos hasta que murieramos.
Muchas veces platicábamos por horas sobre todas las cosas del mundo, cualquier tema era buen aliciente para vernos y platicar. Muchos jóvenes se juntan para hacer algo, Javier y yo escribíamos, paseábamos, platicábamos y escuchábamos música como todos lo habrán hecho, éramos dos adolescentes vulgares buscando un lugar en el mundo.
Realmente siempre pensé que estaríamos juntos, cuando las cosas nos comenzaron a separar mostrábamos una actitud que me decía que siempre seríamos amigos.
No sé en qué momento nos separamos, no tengo idea de cuándo nos volvimos desconocidos, de pronto nuestros sueños se estancaron y comimos realidad. Durante mucho tiempo lo extrañé, no verlo, ya que lo visitaba a menudo, extrañaba a mi mejor amigo aunque lo tuviera cerca, dejó de ser mi incondicional y se convirtió primero en un conocido, después en un extraño.
A menudo me acuerdo de él y lo extraño, no somos los mismos, tampoco la amistad sigue ahí tan fuerte. Pero lo que vivimos jamás se perderá, el recuerdo de esos sueños, aunque intangibles y hoy no se quedan mas que como sueños, ahí quedan.
Ahora tengo otros amigos, no sé que tan cierto es que estarán ahí siempre también, pero el humano tiende a confiar. Uno que aprecio mucho, El buen Vale me ha leído y me ha escrito como hacen los amigos en tiempos difíciles, actualmente no vivo tiempos sencillos, no es fácil conservar la calma ante sucesos tristes, hoy puedo decirle que estoy triste, pero he encontrado que la calma de la tristeza es cálida y tierna.
Para la gente de esta época no tengo más que agradecer el hacerme más humano, de pronto cuando nuestras personas entran en razón uno se queda perplejo e intranquilo. No todas las calmas son iguales, existen las quietas y las tensas, y ahora mismo estoy en una calma tensa.
Estos días quiero saber qué es eso que tengo en el pecho, aquello que me estruja y me tiene taciturno, pensativo, distante de mi propia razón de existir.
Vale me dijo algo muy cierto: "lo que tienes es enojo, no conmigo ni con el mundo, ni con las cosas, ni con ninguna persona en particular, tu estás enojado contigo mismo, necesitas hacer un trato con todos tus rostros y lograr la paz que desde hace mucho no tienes".
Me dijo que en mí existe el Diego buen amigo, el grosero, el barbaján, el humano, el escritor, el silencioso, el lider, el agresivo y el comprensivo. Dice que estoy enojado y necesito reconciliarme con mi persona, que mis facetas están irreconciliables y tienen batallas que desean librar unas con otras, yo estoy en el campo de la batalla.
No es fácil sincerarse con uno mismo, platicar hacia adentro no es tarea común ni sencilla, uno puede encontrar cosas terribles que durante años ha silenciado, y también encuentra a todos sus "yo" luchando entre sí por la supremacía del dominio.
Mucha gente que me aprecía me ha dicho admirable en estos días, yo no encuentro admiración en buscar un lugar en el mundo, no me refiero a ser "alguien" para el resto de la gente, me refiero a existir personalmente, a encontrar aquello que busqué conocer de más joven y no pude.
La verdad es que la gente espera muchas veces que yo sea el que guarde la cordura y la calma, alguien necesita hacerlo siempre, pero no me siento culpable de no saber qué está pasando. Cuando lo pienso, si, estoy enojado conmigo mismo desde hace años y jamás se me ocurrió remediar la situación. Tengo muchas cosas que decir que no diré porque no es el momento, espero que la gente no haga juicios sin saber lo que tengo en mi persona. No se olvida jamás, eso es cierto, también es cierto que mucha gente piensa que tengo una cordura magnífica cuando no es así. Estoy siendo un espectador de lo que ocurre en mi propia vida, es como si a usted lo obligaran a ver la peor y más larga película del mundo y no tuviera más opción que abrir los ojos y procesar todo aquello. Soy como una computadora de un modelo viejo que se queda pasmada, no es cierto que uno acepte la soledad y punto, tampoco que su servidor sabe mucho de estos temas ni que lo que hago lo hago con toda la razón. Estoy más bien, a la espera de que mis "yo" se reconcilien y entonces, después, me digan que carajo tengo que hacer.
Agradezco su lectura y espero saber de usted pronto querido lector.
Aqui le dejo una canción que escuchaba mucho con mi amigo Javier, una canción que hoy creo, nos avisaba lo que estaba por venir:
http://www.youtube.com/watch?v=SDsxkQk6DWw
Diego

No hay comentarios: